El estreno de DUALID está cada vez más cerca y Gabriel G. Dhijo, creador y director de este corto de animación 3D e inestimable compañero en ARTENEO, nos cuenta las reflexiones que le llevaron a iniciar este excepcional proyecto. No os perdáis detalle de la entrevista que le hacen en el magazine cultural Walskium.
DUALID es una visión del futuro diferente a la que las megaproducciones fatalistas nos tienen acostumbrados. Pretende ofrecer un enfoque esperanzador, en el que los supervivientes de la Humanidad han desarrollado su tecnología en paralelo con su capacidad psíquica. La evolución humana ha alcanzado sus máximos fuera de lo que es la materia, y personas con más capacidades, los intronautas, emprender la exploración de nuevas dimensiones, las dimensiones interiores del Ser. Y ahí es donde radica el contenido esperanzador de DUALID, el viaje de nuestra existencia hacia la más suprema de las dimensiones: la esencia humana.
A modo de documental, el proyecto DUALID partió de algunas de las ideas adaptadas de otro anterior que no fue posible ultimar, llamado EUEH (El Ultimo Espíritu Humano). El desarrollo ha sido muy duro, nueve meses de producción intensa, robando horas a la noche y al día, después del trabajo. Pero la satisfacción va de la mano del trabajo hecho con el corazón, y más para un artista que no persigue fama ni fortuna como Gabriel que, como él mismo dice‘…pretendo ofrecer mi visión personal al mundo, de la forma más honesta y humilde, tomando como único motor el amor por lo que hago…’
La imagen del producto está mimada de principio a fin y el resultado visual es de belleza y originalidad singulares.
Se trata de un documental estereoscópico que ha contado con el valioso criterio artístico del Concept Artist, Iker Paz; la experiencia en Captura de Movimiento de Meritxell Aragonés que, en las instalaciones de La Salle, y con José Carlos Ramírez como intérprete de la animación, trabajaron en el movimiento real de MOCAP, supervisado por Oscar Beteta y David Alonso. También han intervenido Tania Palma, aportando su enfoque a la narrativa visual; Daniel Montesinos, en la supervisación de grafismos; Helena Ovalle, con el abocetado de las voces de los personajes y Miguel Seguer que se ha encargado de poner las voces definitivas. La música de Karim Shaker, siempre impregnada de atmósfera interior, termina por completar un inevitable producto de calidad que va a remover, seguro, nuestra visión del ser humano y del compromiso con su esencia espiritual.
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