Ilustrar lo cotidiano es una fuente magnífica de inspiración para el artista y eso hace que nuestra obra sea tan personal durante el proceso creativo.
Un ejemplo es el trabajo del ilustrador Christoph Nieman, quien ha creado, a partir de objetos de su vida cotidiana, ingeniosas ilustraciones, repletas de espontaneidad y expresividad.
Actualmente, se dedica a ilustrar para The New York Times Magazine, aunque también colabora con otras publicaciones, como Time, The New Yorker, American Illustration o Wired, y lo hace como freelance desde su casa-estudio en Berlín.
La metodología de trabajo de Nieman empieza con los bocetos a lápiz. Para ello, utiliza un 2H principalmente porque le permite seguir añadiendo sombras o trazos sin emborronar, cosa más difícil de conseguir con las minas blandas. Después, aplica color, generalmente, con tintas. El color tiene mucho protagonismo en sus ilustraciones, y no precisamente por su riqueza cromática, pues no cambia apenas de gama, sino por su carácter expresivo.
Recientemente, ha comenzado a incorporar otros elementos que ayudan a la composición de sus ilustraciones, objetos que, simplemente, tiene a mano. Los contempla largamente hasta que le sugieren algo. Sencillamente aparece, sin planificación ninguna. Esta asociación hace de su manera de ilustrar algo realmente original, además de conferir a sus imágenes un componente de frescura y espontaneidad.
Observar el propio trabajo al día siguiente, o habiendo pasado unas horas es una forma eficaz de resolver errores, mejorar aspectos o dar solución a dudas. Christoph Nieman también es partidario de regresar para encontrar el camino de algo, ‘..necesitas un segundo día para darte cuenta de las correcciones. Puedes ser eficiente a diario con muchas cosas pero no con tu creatividad, porque te impones ser rápido y mejor en el proceso y es entonces, cuando empiezas a cometer errores. Así que intento ser lo más ineficaz posible’.
No hay comentarios.