Tradicionalmente, en nuestro país, las tarjetas de Navidad han sido la fórmula habitual para felicitar las fiestas en esta época del año. Actualmente, los buenos deseos navideños se intercambian a través de las redes sociales o el correo electrónico y esto ha traído consigo la casi desaparición de las felicitaciones tradicionales. Sin embargo, el entrañable recuerdo de esas postales navideñas repartidas sobre una mesita en nuestro hogar de la infancia es algo que permanece en la memoria.
En 1784, W.E. Dobson pintó una escena familiar junto a un árbol de Navidad y se sirvió de su prensa litográfica para imprimir varias copias para uso personal.
No obstante, las primeras tarjetas de Navidad como felicitación se imprimieron en Londres durante la época Victoriana, allá por 1843. Sir Henry Cole encargó a un amigo, el pintor John Calcott Horsley, que realizara una ilustración en la que una familia brindaba por sus amigos ausentes.
Horsley hizo 2.050 copias en imprenta y Cole, una vez firmadas y enviadas las que necesitaba, vendió las sobrantes a un chelín cada una. El tirón que estaba teniendo la obra de Charles Dickens, ‘Cuento de Navidad’, brindaba un momento excepcional. Ese fue el precedente de las tarjetas de Navidad que se imprimirían en serie a partir de 1860.
Thomas Nast, creador de la imagen de Santa Claus, organizó la primera venta masiva de tarjetas con la frase impresa: ‘Merry Christmas’ .
En 1893 la reina Victoria encargó 1000 tarjetas a una imprenta británica, estableciendo la costumbre de manera oficial. La circulación de las felicitaciones navideñas tenía una poderosa intención de fondo: incentivar los envíos para incrementar la actividad del Correo Postal.
Las ilustraciones da las tarjetas de Navidad de esa época raramente mostraban escenas religiosas o, ni siquiera invernales. En su lugar, pretendían recordar a quien la recibía que la Primavera estaba más cerca y, para ello, eran los motivos florales, animalitos, querubines, hadas y temas imaginarios los que ilustraban aquellas imágenes. Los ilustradores de estos trabajos eran artistas anónimos.
Actualmente, apenas un 10% de los españoles felicita las Fiestas así pero, puesto que existe una demanda, aunque sea reducida, ilustrador@s y diseñador@s trabajan cada año en las imágenes para las siguientes Navidades. Lo cierto es que las ilustraciones de abetos, ornamentos, estrellas, y demás motivos no religiosos van ganado terreno a las tradicionales escenas religiosas. Son también estos temas los que protagonizan las ilustraciones de las felicitaciones que más tráfico presentan en Navidad: las tarjetas virtuales.
No hay comentarios.