Doodles, esas ilustraciones o animaciones que reemplazan al logo de Google en la página principal del buscador son, a la vez, plataforma de difusión de temas culturales, acontecimientos relevantes y reconocimiento de personajes célebres a nivel internacional.
De entrada, sabemos que son una magnífica herramienta en estrategia de comunicación con la que consiguen involucrar al usuario. Ni más, ni menos que 620 millones de visitantes diarios recibe de promedio la página del buscador, el cual, recibe también habituales acusaciones de invasión de privacidad o de monopolio global. Como, lo más difícil es no ofender a nadie, Google tiene dominios locales en varios países del mundo y crea Doodles específicos para cada uno de ellos o delegan dicha labor a agencias e ilustradores locales.
La elaboración comienza con la lluvia de ideas. Una vez elegido el tema, se hace necesario conseguir el máximo de documentación. Detrás de un simple Doodle, que sólo durará un día en el portal, hay meses de trabajo y la cosa se complica cuando se trata de animaciones o cortometrajes, como el de dos minutos para conmemorar a Charles Chaplin en 2011.
El primero fue diseñado en 1998 por los propios fundadores del motor de búsqueda, Larry Page y Sergey Brin que, para conmemorar su asistencia al Festival Burning Man, colocaron el logo del mismo detrás del logo de Google. Dos años después, la compañía encargó un tema conmemorativo de la toma de la Bastilla y, desde entonces, se han elaborado miles.
Los artistas que están detrás de la creación de los Doodles deben ser auténticas esponjas creativas, gente inquieta acostumbrada a curiosear temas, estilos y recursos de comunicación visual. Los trabajos se elaboran con un año de antelación y se presentan a las secciones de marketing de cada dominio para la revisión cada tres meses. La compañía también se surte de las ideas que les llegan de los usuarios con sus propuestas para próximos Doodles a la dirección ‘proposals@google.com’
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