Mark Osborne, director de Kung Fu Panda, recrea el delicado relato creado por Antoine de Saint- Exupery para hacer esta película de Animación 3D y Stop Motion.
La historia se desarrolla con Animación 3D, cuando se desenvuelve en el momento presente y en el mundo de la niña protagonista. Aquí, el diseño de los personajes, tierno y caricaturizado, nos ofrece un pulido modelado 3D, así como una mimada iluminación, gracias al trabajo CGI.
Este formato sirve para narrar la historia principal: la de una inquieta niña que acaba de trasladarse a la ciudad con su madre para empezar una nueva vida. Allí conocerá a su vecino, un excéntrico y amable viejecito, piloto aéreo, quien le abrirá las puertas a un mundo donde todo es posible y que él descubrió gracias al Principito. Y esta es la historia dentro de la historia: los recuerdos del aviador cuando relata sus vivencias con el Principito, precisamente, lo que tiene que ver con la obra literaria de Saint-Exupery.
En esta parte, la animación está realizada con Stop Motion (bajo la dirección de Jamie Caliri), de manera que ambos mundos, el real y el evocado, quedan bien diferenciados. La animación con Stop Motion de los personajes hechos en lápiz y papel, recuerdan la fragilidad y la técnica tradicional de las ilustraciones que realizó Saint- Exupery para su obra.
Mark Osborne reunió un equipo internacional de creativos para realizar la Animación 3D y Stop Motion, intentando hacer prevalecer la esencia europea (francesa) de esta maravillosa aventura detrás de la cual está ON Animation Studio en Francia y Mikros Image en Canadá.
La película de Animación 3D y Stop Motion ‘El Principito’ llega con cerca de dos años de retraso a la gran pantalla, por problemas de distribución, y se sitúa como la película de Animación más cara de la historia de Francia. Recientemente galardonada con el Premio César a la Mejor Película de Animación, se trata de una original reinterpretación de un relato que a todos nos ha conmovido en algún momento de nuestras vidas. Mark Osborne intentó ser fiel a las emociones que provoca la lectura del libro original, sin repetirlo. Una evocación a lo esencial, al sentimiento que despierta en nuestro corazón y que permanece invisible a nuestros ojos.
¡Grandísimo desafío tratándose de una narración que es, en sí misma, una bella metáfora!
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