Impresión 3D y habilidad artística se han unido este año para la creación de las estatuillas de los Oscar en su 88 edición. Las técnicas de fabricación a lo largo de las décadas habían ido ‘ablandando’ el diseño Art Decó original, diseñado en 1929 por Cedric Gibbons y esculpido en arcilla por George Stanley, y la Academia decidió que ya era hora de restaurarlo.

La estatuilla de 1929 fue creada en una aleación conocida como britannia  (92’5% de estaño y un 7’5% de cobre), revestida después con un baño en oro. Después de la intervención de los EEUU en la II Guerra Mundial y ante la escasez de metal, las figuras de las entregas entre 1942 y 1945 se hicieron con yeso.

Llegado el momento de la renovación en 2015,  de la impresión 3D se encargó Polich Tallix , una empresa de fundición artesanal de Nueva York que, entre otras cosas, realiza impresión 3D de alta definición en cera. Para recuperar la esencia original de la estatuilla clásica, además de aplicar la tecnología, era necesario el trabajo artesanal.

El proceso comenzaría con la exploración digital del original de 1929. Una vez creado el modelo 3D, se inicia el proceso de impresión 3D en cera.

Cada escultura en cera se recubrió de una cobertura de cerámica  que se coció a 870º C, lo que derretería la cera para dejar solamente la cáscara cerámica que, luego, se llenó de bronce fundido. Una vez deshechado el molde de cerámica, la figura en bronce se lijaría hasta lograr un acabado de espejo. Para terminar y añadir el toque regio a la figura, se aplicó un baño de oro de 24 quilates.

Cuando el domingo 28 de Febrero, la ceremonia de los Oscar tenga lugar, las 50 estatuillas presentadas en el escenario habrán pasado por un proceso de creación digital y artesanal de 3 meses de trabajo. Desde los salones de nuestras casas no lo apreciaremos, pero en las estanterías de los ganadores, los nuevos Oscar combinarán por primera vez la novedosa tecnología de impresión 3D con el arte decorativo de la vieja escuela.