Creatividad, también llamada pensamiento original, es la capacidad de generar ideas que producen soluciones valiosas, resuelven problemas o crean asociaciones entre otras ideas para concluir algo nuevo. Podemos decir que la creatividad nace de la imaginación y está presente en cualquier disciplina.
Aunque existen individuos altamente creativos y otros que no lo son, todos nacemos con una capacidad creativa susceptible de ser estimulada. Según un estudio realizado en la NASA para observar la evolución de la creatividad en función de la edad, los seres humanos somos naturalmente creativos, pero a medida que crecemos, experimentamos una involución creativa.
La inteligencia no es la diferencia que existe entre quienes son altamente creativos y quienes no lo son. Los rasgos de la personalidad del individuo creativo es lo que le diferencia de los demás. En general, se ha comprobado que una persona creativa necesita a menudo momentos de soledad, tiende a ser introvertida, y las relaciones sociales no son una prioridad. Además, suelen ser individuos muy sensibles y enormemente intuitivos que, a menudo, se muestran interesados por el significado abstracto de lo que les rodea.
De manera general, se suelen distinguir dos grupos de personas creativas: los artistas (músicos, escritores, pintores, escultores), y los científicos, pero está claro que la creatividad está presente en cualquier disciplina. Podemos encontrar ideas innovadoras o diseños geniales también en ingeniería, filosofía, matemáticas, física, deportes, educación, negocios, política y tecnología. Las personas creativas son curiosas y escépticas de manera inherente, exploradoras natas.
La creatividad puede ser desarrollada y mejorada, al igual que pasa con otras capacidades humanas. Podemos potenciar la creatividad practicando conductas fundamentales que favorecen el pensamiento creativo:
La creatividad sólo florece cuando sentimos seguridad. Se trata de un proceso íntimo que tememos exponer a otros y nos pueden asaltar dudas sobre si tenemos talento suficiente, si nuestro trabajo es bueno, etc. El miedo y el perfeccionismo son dos grandes obstáculos para el pensamiento creativo ya que, el primero es limitante, y el segundo acaba racionalizando en exceso la idea original.
Por otra parte, tener talento artístico está muy bien, pero no es suficiente. La creatividad implica dos pasos: pensar y actuar. Si tenemos ideas, pero no las llevamos a cabo, somos imaginativos, pero no creativos. Es necesario actuar y trabajar el cultivo de habilidades, el dominio de las técnicas y, sobre todo, convertir el concepto en algo tangible.
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