El dibujo infantil compone un universo de imaginación libre de prejuicios y también un espacio en el que se proyectan sentimientos difíciles de expresar en el lenguaje del niño. Una forma de conocer el subconsciente de las personas es realizando un test proyectivo, eso de interpretar unas manchas de tinta, dibujar un árbol, una figura humana, etc. Cuando se realiza una actividad creativa o se interpretan imágenes, el especialista puede efectuar un diagnóstico psicológico del niño.
Estos test están orientados al análisis del subconsciente y se basan en datos estadísticos que recogen la probabilidad o la frecuencia en la que aparecen determinados componentes. En el campo infantil, los psicólogos han encontrado en estos estudios una valiosa herramienta, más potente que el lenguaje mismo. El dibujo infantil proporciona pistas para entender su carácter a través de una tarea lúdica y divertida, que siempre están dispuestos a realizar. Con su dibujo infantil, el niño se expresa con naturalidad, como si fuera un juego, y precisamente por ello, por la valiosa información que aporta y porque se trata de un método poco intrusivo, los psicólogos infantiles lo utilizan como herramienta diagnóstica.
El dibujo infantil expresa los sentimientos de su autor y, de acuerdo a eso, las exageraciones o las miniaturas representan el orden de importancia que se le da a determinado factor. Así, para los peques, algo grande es algo querido. Si nos han hecho un retrato con una cabeza enorme, nos podemos sentir felices. Diferente es si la figura representada es de tamaño excesivo respecto a las demás del dibujo; puede indicar que esa figura anula a las demás. O, quizá, el niño se ha dibujado muy pequeñito a sí mismo, lo que implicaría una baja autoestima.
En líneas generales, cuando el niño dibuja a su familia suele empezar por la persona con la que se siente más vinculada emocionalmente y la hará más grande y sonriendo. La proximidad de unas figuras respecto a otras refleja afectividad, por lo que al miembro de la familia por el que siente algún tipo de rechazo, los suele separar del grupo. Si en ese entorno familiar, decide no incluirse él, quizá es que lo percibe como inestable o le genera algún tipo de malestar.
En el dibujo infantil, la ansiedad o el miedo se perciben cuando el niño se dibuja dentro de espacios cerrados que le aportan protección, como el coche, la casa…Si, por el contrario, se siente bien consigo mismo en su contexto, suele utilizar toda la hoja para dibujar las figuras, grandes, con los brazos extendidos y las manos abiertas.
De todas formas, no debemos considerar estas pautas aisladamente, pues en la valoración del mundo subconsciente de un niño intervienen muchos factores relacionados con su vida y para que el diagnóstico sea serio, deben estar evaluados por especialistas en la materia.
