La Ilustración puede decirnos muchas cosas y, si está bien realizada, puede transformar totalmente una idea confusa en un concepto fácil de comunicar.
La Ilustración científica tiene una importancia relevante porque ayuda a comprender, a nivel universal, información procedente de investigaciones, avances y descubrimientos.
En la Ilustración científica el resultado de la observación analítica se transforma en obra artística cuya misión es informar con exactitud del objeto de la observación. El ilustrador científico, a diferencia del artista plástico, debe evitar interpretaciones propias y ceñirse muy bien a los datos que le han facilitado, además de manejar lo más racionalmente posible la perspectiva, proporciones, luz, escenario, etc. El trabajo en este ámbito reclama horas de indagación y aprendizaje continuos pues, nuestra ilustración va a ser buena en función de las referencias conseguidas y necesariamente comprendidas. Así que, primer y único consejo: ante un proyecto de ilustración científica en marcha, investiga, pregunta y busca buenas referencias documentales.
Entre las técnicas tradicionales habituales en Ilustración Científica, destacan:
La combinación de Ilustración Tradicional e Ilustración Digital convierten al ilustrador en un agente creador completo. Las herramientas digitales que nos proporcionan software como Adobe Illustrator y Adobe Photoshop empiezan, igualmente, con el dibujo a mano con línea de lápiz. Una vez escaneado, se trabaja vectorialmente y con pinceles digitales. Una de las ventajas de las técnicas digitales es que permiten combinar fotografía con imagen.
Hoy en día, la demanda de ilustradores científicos recorre muchos campos: ilustración científica para museos, laboratorios farmacéuticos, industria cinematográfica, videojuegos, agencias estatales, parques zoológicos, acuarios, ilustración para publicaciones científicas…un larguísimo etc.
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