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Tintín, la película. Artículo III

22 mayo, 2011 Ningún comentario

Tintín, la película. Artículo III

Para solucionar innumerables problemas que iban surgiendo de cara a relacionar las capturas con el espíritu del cómic, se creó la doble cámara virtual que permitiría al director una relación más tradicional con los actores, mientras todo se visionaba en un mundo 3D. Muy diferente a un set de grabación habitual, este proceso de captura despliega lo que se conoce como Volumen, un escenario de rodaje en blanco y gris con 100cámaras montadas en una red de raíles por el techo capacitadas para capturar con una cobertura de 360 grados y renderizar los datos en el espacio tridimensional. En el Volumen, todos los actores, props y atrezzo llevaban puntos reflectantes que eran recogidos por las cámaras en menos de 1/60 de segundo y procesados por los programas 3D. Adicionalmente, otras 8 HD videocámaras realizaban la grabación general. Esto serviría, más tarde, como referencia para los animadores a la hora de perfeccionar cualquier mueca, sonrisa o matiz de emoción necesario para la creación digital.

Desde el monitor de la cámara virtual, Spielberg conseguía moverse a través del Volumen, vigilar de qué manera los avatares de los actores interactuaban dentro de su universo digital y componer los tiros de cámara que él deseaba, en tiempo real. De la misma forma, los actores podían verse a sí mismos a través de monitores posicionados por todo el estudio de grabación, permitiéndoles reacciones inmediatas en su actuación.

En Weta Digital, el estudio de Nueva Zelanda reconocido por producciones como El Señor de los Anillos o Avatar y donde Jackson es pilar importante, idearon el proceso conocido como captura de imagen basada en el rostro (recordemos el realismo facial del Gollum del Señor de los Anillos). Cuando utilizan este sistema, los actores llevan una especie de casco de fútbol americano completado con una minúscula cámara dirigida directamente a la cara que permite grabar las más leves expresiones y movimientos de ojos, labios y músculos faciales. Esto ayudaría a poner el énfasis exacto donde fuera más conveniente.

Cada mañana, antes de comenzar con el rodaje, los actores debían pasar por los escáneres de la cadena de movimiento, uno facial y otro corporal. Después de ese proceso, las cámaras podían identificar a los actores en el Volumen trasladar sus actuaciones a un «esqueleto» en movimiento para poder después revestirlo del personaje en postproducción.

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