Ilustración Portada de Terror. PARTE II. En el artículo anterior, describíamos la primera parte del proceso de creación ‘Portada de Terror Oriental’, el proyecto que Juan A. Serrano realizó para la revista CTHULHU. Hoy, por fin, veremos el resultado de ese proceso y la cubierta terminada.
A pesar de la infinidad de pinceles que ofrecen los programas digitales o que uno mismo puede crear, Juan es fiel a cuatro o cinco con los que aplica el color y aborda los distintos tipos de degradados. Es la misma manera de proceder que cuando pinta con técnicas tradicionales, tres o cuatro pinceles son los preferidos que complementa con otros para los efectos finales. Los brillos, la piel, el pelo, todas las texturas tienen un mismo principio: la diferenciación de tonos, luces y sombras, y un mapeado de formas concreto cuando se dibujan.
Nada podía quedar a medias y el zoom para acercase parcialmente, se convertía en imprescindible. Había que volver para atrás e ir acabando zonas de la ilustración a medida que se iba comparando con todo lo demás.
Los tentáculos, un elemento reincidente en las ilustraciones de Juan, aquí no podían faltar. Le encantan y él lo atribuye a ‘un remanente psicológico Lovecraftiano‘, algo que ha absorbido después de ilustrar la obra de Lovecraft, tanto de sus relatos, como productos derivados: juegos de rol, de cartas, cómics…
Pintados los adornos y complementos de la cabeza y el espejo, aborda el kimono del que nace la tela de araña. Había que evitar que quedaran planos. A la vez, iba terminando los tentáculos, fundiendo el color con la línea del lápiz escaneado, que aún se clareaba. A estas alturas ya había acoplado las dos capas y trabajaba en el canvas.
Los últimos retoques en las arrugas del kimono, manos y brazos van seguidos de continuas revisiones para que todo quede pulido. Son dos fines de semana de trabajo exhaustivo que llevaron entre 14 y 15 horas cada día.
En el PSD, y con el ratón, en lugar del lápiz óptico fue aplicando fogonazos con la opacidad menor de diez, para sacar o destacar algunas zonas de otras, y dar más profundidad en pliegues de la ropa, interiores, superposición de brazos, tentáculos, ojos, etc. El estampado del tejido no debía interpretarse como algo orgánico aparte.
Por fin, un viernes de madrugada, la cubierta quedó terminada. Carlos Lamani, diseñador e ilustrador de CTHULHU la esperaba a las 7 ’30 de la mañana para la maquetación, edición, y poder enviar toda la publicación a imprenta. El resultado fue espectacular.
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